miércoles, 27 de abril de 2016

A mi no me lo contaron...

A mí no me lo contaron, yo lo viví...

Si te preocupa el quemarte y cortarte, te digo desde ya que sí, te vas a quemar muy fuerte y no
solo una vez, sino varias, te cortaras los dedos y hasta quizás te saques la uña.

Es una locura de los cocineros presumir cada accidente de ese tamaño, nos gusta mostrar las cicatrices de esas batallas de apanamiento, ser insultados entre risas masoquistas, sudar como nadie en un verano con más de 40 grados, pasar horas de pié sin quejarnos.

Cuando quise entrar a la cocina no sabía a lo que me enfrentaba, yo solo quería cocinar rico,
pero obtuve mucho más que eso, los lazos de amistad en la cocina son de piel, lo sabemos porque constantemente nos estamos entregando cariño, nos tocamos con las miradas y nos chocamos fuertes con los cuerpos, necesitamos a veces la aprobación de quien nos acompaña, debe existir una complicidad para sacar adelante el mejor turno.

Se dice que la cocina es para valientes y para quienes tienen aguante emocional, saben que
es así porque para llorar debemos picar la cebolla y disimular, aunque tu compañero sea un
romántico despechado escuchando canciones antiguas y le sonríes igual cuando te dice…tu pica
cebolla no más.

Nos entendemos mucho, nos entienden poco....

Dedicado al mejor equipo de amistad y trabajo Del Cocinero Bitró.


Atte: su amiga cocinera. Daniela Durán.


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